viernes, 21 de octubre de 2005

El Estatut a lo­ lejos

­­Una mañana de verano abrí la puerta de mi cuarto de baño y vi los escombros blancos. Algunos eran más largos o afilados pero ninguno superaba en grosor a las obleas eucarísticas: procedían del techo, del que se había desprendido la última capa de pintura. Sin ésta, arriba quedaba al descubierto un área azul pálido desfalleciente como los párpados de las viejas actrices.

­­Así pasó un tiempo en el que no importaban ni los escombros ni ese azul incierto; sobre el caucho negro del suelo, incluso me parecía que los escombros conformaban figuras entretenidas. Debí de convivir con este fraccionamiento o desmembramiento de la realidad cotidiana (si se admite la espantosa expresión) cerca de un mes. Hasta que un día cualquiera y sin motivo muy aparente, me harté y barrí.

­­Esta mañana he podido ver el recinto vacío, sin costra ninguna de pintura caída, ni libros, postales, objetos míos; tenía que dejárselo así al pintor que me han mandado los dueños. El espacio me ha parecido por un momento la nada, una nada a punto de hacer crac.

­­­­Paso por todas las sensaciones recién referidas al leer las entradas del blog de Arcadi Espada (www.arcadi.espasa.com) referentes al texto del actual proyecto de Estatuto para Cataluña.

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